Caen las máscaras.
Se agrietan las poses.
Los egos mal alimentados se quiebran.
Permite que tu autenticidad te honre.
Deja que tu esencia desnuda embriague a todos.
Aflora vegetación nueva.
Déjate reverdecer, déjate florecer.
No es debilidad, es certeza de que todo es para bien.
Y ese bien no es sólo para que tú y nadie más que tú lo disfrutes.
Entrega desde un lugar de integridad.
La vulnerabilidad es verdadera fortaleza.
Comparte sin nada que esperar.
Allí reside la verdadera libertad.
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